Era de otro
He fugado de mi fantasía
como Luzbel de el paraíso,
por amor a ella Señor
hice que traicionara a su propio marido.
Soy culpable y no lo niego,
culpable y afortunado,
pero víctima primero,
Señor tu castigo por mi pecado.
Sentía ansias de estar con ella
y miedo a la vez Señor,
la miraba de vez en cuando
y un día caí en tentación.
No sé ni cómo sucedió
pero fue en una noche sombría,
que con violentos latidos en mi pecho
dije a ella que yo la quería.
Ella me dijo con voz bajita
estaba esperando esta hora,
va a acabar la noche oscura
y tengo miedo a la aurora.
No lo niego tuvimos plácidos amores,
noches de viva locura,
cama que imploraba clemencia
por el sacrificio y la tortura.
Perdónanos Señor
una vez más te invoco,
por amarnos así
como dos ciegos y como dos locos.
Autor El Príncipe Trovador
|