Otra larva con diferente vestidura pero de la misma cofradía, el club de los miserables, delincuentes, asesinos y pederastas. Violadores por antomasia de soluble metonimia en la acepción del adjetivo que los identifica... ¡Criminales! Aquellos de cotona y sotana, estos de corbata y negra Biblia bajo el brazo como disimulado escudo contra la vergüenza que los aplasta y el crimen que los acusa.
Trae la noticia: “Miguel Ángel Pareja Cabrera, pastor de la Iglesia Cristiana Betania en Lerdo de Tejada, Veracruz, Mexico, con orden de aprehensión, girada por el Juez Primero de Primera Instancia, por el delito de pederastia, en agravio de una menor de edad”.
Algo alentador el comentario que alude a su actual situación de preso en el reclusorio regional Zamora de la ciudad de San Andrés Tuxtla de Veracruz donde, según alude el cable, purgará condena por el delito cometido. El buen proceder de la justicia, al menos para el caso, parece estar descartado.
Sin embargo… ¡Una golondrina no hace el verano! Es necesario poner entre rejas a todos esos pastores y curas culpables de pederastia alrededor del mundo, así como a sus encubridores empezando por el mismo Papa. Cuando el último de estos mercenarios se halle bajo el justo veredicto de la ley, antes que la muerte se adelante, entonces, habrá caído el telón y la danza de la barbarie habrá terminado. Cada miserable en su celda y más nunca un caso en… ¡Juicio cerrado!