Despert贸 en una absoluta y completa oscuridad. No recordaba nada de las 煤ltimas horas. De hecho, no recordaba siquiera los 煤ltimos d铆as. Se incorpor贸, pero al hacerlo, su cabeza choc贸 contra algo s贸lido. Comenz贸 a palpar a su alrededor, buscando desesperadamente alg煤n indicio de su ubicaci贸n. Pronto, sus dedos se toparon con una superficie rugosa y fr铆a: madera.
El p谩nico se apoder贸 de 茅l mientras se daba cuenta de que estaba atrapado en una caja de madera. Grit贸 pidiendo auxilio, pero sus palabras quedaron atrapadas en la oscuridad que lo rodeaba. La falta de aire comenz贸 a hacerse evidente, y un olor putrefacto llen贸 sus fosas nasales. Sab铆a que necesitaba calmarse, buscar una forma de escapar.
Con manos temblorosas, explor贸 sus bolsillos en busca de algo que pudiera ayudarlo. Sus dedos tropezaron con una moneda. Fue entonces cuando tuvo una idea. Busc贸 un tornillo y, para su sorpresa, lo encontr贸. Respirando con dificultad, comenz贸 a desatornillar el panel que ten铆a sobre 茅l. El proceso fue angustiosamente lento, pero la desesperaci贸n lo impuls贸 a seguir adelante.
Finalmente, el 煤ltimo tornillo cedi贸 y la tapa de la caja se abri贸. Sinti贸 c贸mo la tierra ca铆a sobre 茅l mientras emerg铆a de su claustrof贸bico encierro. Escav贸 r谩pidamente y emergi贸 a la superficie, desorientado y agotado, pero libre.
Un escalofr铆o recorri贸 su espalda cuando se dio cuenta de su entorno. Estaba en un cementerio. Justo detr谩s de 茅l, una l谩pida llevaba su nombre y la fecha de hace dos semanas. Lo que no sab铆a, sin embargo, era que hab铆a estado muerto durante varios d铆as, y la vida que ahora recuperaba era un cruel regreso desde el abismo de la catatonia.
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