-No me amas ¡Claro que no me amas!
-¿Por qué dices eso? ¡Me rompes el alma!
-Cuando amas a alguien haces lo imposible para estar a su lado y tú no vienes a mi encuentro, las agujas del tiempo son una espada que abre cada una de las heridas que tu amor me dejó.

-Desde que te conozco no hago otra cosa que pensar en ti, tu nombre vive en cada trazo de mi pluma y mi boca busca el refugio de tus labios, eres la fuente de mi inspiración, mi norte, mi timón.

-Amas a una musa imaginaria, una mujer a la que prefieres lejos, una dama que veneras y le inventas un oasis lleno de sueños, de magia, de seducción, de deseos, de éxtasis y de pasión ¡Amor soy de carne y hueso! ¡Te quiero aquí ahora conmigo! Necesito sentir tu respiración en mi pecho, tu sudor en mi piel, tus manos en mi cintura, tu fuerza de león devorando mi cuerpo.

Aún suenan sus palabras como un taladro en mi conciencia, pero yo no podía olvidar que la tuve entre mis brazos, que sus gemidos en la melodía sutil de sus delirios eran solo míos, que desde su jardín su rosa desprendía el néctar y abría sus pétalos para recibir los suspiros de mis venas.
-¡Claro que te amo! ¡Soy un cobarde! ¡Perdón! ¡Perdón!