Te di mi suéter para que te cubrieras a pesar de que yo soy muy friolento. Viaje kilómetros hacia ti sin mirar el reloj, a pesar de que casi no tengo tiempo libre.

Te leía de madrugada sabiendo que me tenía que despertar antes del amanecer. Estuve ahí, para ti, cuando todos te dieron la espalda, cuando las puertas se te cerraban y no encontrabas la llave correcta que te hiciera continuar.

Acepto que no te compré muchos objetos, pero te di mis días, mis noches y un sin fin de abrazos que intentaban hacerte sentir en casa.
Te hice parte de mí, tú eras el tatuaje y yo la piel. Fuimos canción inspirada en miradas, pero ya no, decidiste quitarla sin haber escuchado el disco completo.
Pude detenerte, pude luchar un poco más, pero dime ¿Quién deja su globo suelto si no lo quiere perder? Tú ya me habías soltado.

Preferí verte volar sin mí. Me corte las alas para darte más impulso. No te miento, tenía una ligera esperanza que de último momento cambiaras de opinión, que te quedarás, pero no fue así.
Lo peor de todo es que te fuiste por mostrarme como soy, por ser yo sin algún disfraz ni antifaces.

Más, aunque te di la mejor versión de mí, tu camino ya es distinto al mío.
¿Dónde meto los recuerdos?
¿Qué hago con los momentos?
Quizá tenga que meterme en la cabeza que tengo que tomar la parte positiva de todo esto, pero ¡caray!, nadie me dijo que amar iba a doler tanto.
Fuimos canción inspirada en miradas, pero hasta la canción más bella tiene que terminar.