Tan solamente te pido,
Que ninguna mano se pose
En tu cuerpo, está prohibido
Hasta el más delicado roce.

Ni que una visita provoque
La ocasión de un beso
Ni de una mano el toque,
También está prohibido eso.

Porque grande es mi celo,
Pues que tú eres hermosa,
Y yo cuido con anhelo,
A mi perfumada rosa.

Y tu fidelidad reclamo,
Con mucha garra y pasión,
Porque eres la mujer que amo,
La dueña de mi corazón.

Así que dímelo sin cansarte,
Toda la noche y todo el día,
Que solo a mí has de entregarte,
Porque eres solo mía.