𝘿𝙚𝙨𝙥𝙚𝙙𝙞𝙙𝙖

Cuando tu andar por mi camino
ya no sea grato,
dime adiós, aún que cruel sea mi destino
pues no te detendré, no soy tan ingrato

Dime adiós y emprende tu camino,
yo entenderé que tú amor se haya acabado
dime adiós elevando hacia el cielo tu mano.

Y si la despedida implica tristeza y dolor
tengamos cuidado en no sollozar,
mejor llenemos nuestras almas de esplendor,
aunque nuestros corazones, hoy se tengan que separar.

Vamos amor, no agachemos la mirada
pues mi alma conmocionada,
siente deseos de gritar
decirte cuánto te amo
que no te voy a olvidar,
y borrar nuestro dolor en un suspiro.

Quisiera detener tus pasos
pues me dolerá verte partir,
quiero llenarte de caricias y besos
y olvidar nuestro sufrir.

No hay adiós, en la despedida,
triste será mi vida, en está retirada
pero llevaremos por el mundo,
un hermoso placer,
de haber podido ser
más que una pareja de amantes
un amor que seguirá siempre adelante.

Compartimos sueños, anhelos e ilusiones,
compartimos días enteros y algunas noches,
momentos de obscuridad llenos de pasiones
momentos de alegrías y temores.

Ahora enfrentemos la realidad,
enfrentemos las penas de la vida
y no lloremos en esta despedida
busquemos por el mundo nuestra felicidad.

Y adiós mi vida, no nos pongamos a llorar.