Nos escapamos de la mirada de todo mundo

Susurró a mi oído entre el barullo de la gente,
como si del secreto más oculto se tratase,
como si el mundo no debiera saber del amor
que cada día me profesa
y besé su frente como diciendo
"que importa lo que todos piensen".

Tomó mi mano y el susurro se hizo presente,
"vamos, escapemos de la mirada de todo mundo"
y huimos juntos a un lugar tranquilo,
nos ocultamos de murmullos absurdos,
de chismes sin razón, de miradas curiosas,
encontrando paz en nuestro corazón.

Ocultos de la intriga desnudamos nuestras almas,
mientras las hojas de los árboles
eran arrancadas por el viento de otoño
y nuestras ropas... Lentamente se desvanecieron,
dando paso a la desnudez de nuestros cuerpo,
anhelantes de poseernos, de amarnos
y demostrar mutuamente el amor sentido.

Y las sombras se volvieron testigo de los suspiros,
de las palabras de amor, de los besos y las caricias
que esa noche nos hicieron ser uno,
no solo fue la entrega corpórea,
fue la fusión de dos almas
buscando la eternidad en su corazón.